Frases y Citas Célebres de José Calvo Sotelo (3 frases)

“Antes una España roja que una España rota”
[Atribuida a Calvo Sotelo, en el Congreso de los Diputados. Generalmente la cita se reproduce en esta versión corta, pero también se cita.]

― José Calvo Sotelo

“Sería loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse a favor de España y en contra de la anarquía, si ésta se produjese”
[Diario de sesiones del Congreso, 16 de junio de 1936.]

― José Calvo Sotelo

“Yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para el bien de mi patria. Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: 'Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis'. Y es preferible morir con honra a vivir con vilipendio”
[Diario de Sesiones del Congreso, 16 de junio de 1936]

― José Calvo Sotelo

Frases célebres de otros autores

“Todos los cambios, aún los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía; porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos: debemos morir una vida para entrar en otra.”

― Anatole France

“Yo soy parte del sol, como mis ojos son parte de mi. mis pies saben perfectamente que yo soy parte de la tierra;y mi sangre es parte de la mar.no hay ninguna parte de mi que exista por su cuenta, excepto, quizás, mi mente; pero en realidad mi mente no es mas que un fulgor del sol sobre las superficies de las aguas.”

― D. H. Lawrence

“La brutalidad contra un animal es crueldad hacia la humanidad, lo único que cambia es la víctima.”

― Alphonse de Lamartine

“El capitalismo puede llegar a destruir a la especie humana”

― Santiago Carrillo

“Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos sino pocos, buenos y bien conocidos”

― Mateo Alemán

José Calvo Sotelo

Nacimiento: 6 de Mayo de 1893

Fallecimiento: 13 de Julio de 1936 (43 años)

Biografia: José Calvo Sotelo fue un político y jurisconsulto español, ministro de Hacienda entre 1925 y 1930. En un exilio autoimpuesto evitó ser juzgado por sus responsabilidades como ministro de la dictadura durante los primeros años de la Segunda República; no obstante fue elegido diputado en todas las legislaturas, incorporándose a su escaño tras una amnistía durante el bienio radical-cedista en 1934.